CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Más de 300 comunidades del centro y oriente México permaneció cortado por deslizamientos de tierra e inundaciones mortales el martes, mientras miles de soldados y trabajadores civiles se apresuraban a reabrir las carreteras bloqueadas.
El gobierno ha confirmado que al menos 64 personas han muerto a causa de las lluvias torrenciales. Decenas de personas siguen desaparecidas y las autoridades advierten que se desconoce la magnitud de los daños en localidades aisladas de entre 500 y 1.000 habitantes.
Las lluvias fueron provocadas por la convergencia de dos tormentas tropicales frente a la costa oeste de México, que azotaron al final de un temporada de lluvias inusualmente intensas esto dejó los ríos desbordados y los cerros debilitados.
“Reabrir las carreteras es una de nuestras mayores emergencias” Presidenta Claudia Sheinbaum dicho. “Necesitamos asegurar puentes aéreos, suministros de alimentos, suministros de agua y controlar a todos. »
Los equipos de salud han comenzado a fumigar las zonas afectadas para prevenir brotes de enfermedades. fiebre del dengueuna enfermedad transmitida por mosquitos.
Los estados más afectados son Veracruz, Hidalgo y Puebla. Sólo en Hidalgo, donde se encuentran aproximadamente la mitad de las aldeas aisladas, alrededor de 100.000 viviendas resultaron dañadas o destruidas por inundaciones de ríos y deslizamientos de tierra. En Veracruz, donde han muerto al menos 29 personas, las precipitaciones alcanzaron 24 pulgadas en sólo cuatro días. La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, dijo que más de 300.000 personas se vieron afectadas sólo en el estado.
En Poza Rica, el residente Roberto Olvera dijo que una alarma de una refinería de petróleo lo alertó sobre el aumento de las aguas en el cercano río Cazones, que alcanzó los 13 pies (4 metros) en algunas áreas.
“Fue aterrador, mucha gente del barrio no pudo escapar”, dijo. Las inundaciones también dejaron un residuo negro y aceitoso que se cree proviene de instalaciones cercanas de petróleo y gas, que cubría árboles y techos.
Decenas de centros de salud resultaron dañados, incluido uno en Álamo, Veracruz, donde las inundaciones alcanzaron los dos metros (6,5 pies) y destruyeron todos los equipos. El director de salud local, Martí Batres, dijo que el personal médico ahora está trabajando afuera.
Mientras miles de tropas y equipos de rescate buscan a los desaparecidos y brindan ayuda, los helicópteros transportan suministros a áreas aisladas y las empresas constructoras privadas ayudan a reabrir las carreteras principales.
Sheinbaum dijo que había recursos suficientes para responder y que el gobierno “no escatimará en gastos durante esta emergencia”.
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