Uno de los cuerpos entregados por Hamás a Israel no era el de un rehén, afirmó el miércoles el ejército israelí (FDI), avivando nuevos temores sobre el frágil alto el fuego en Gaza.
Una prueba genética realizada en el Instituto Nacional de Medicina Forense mostró que uno de los cuerpos trasladados el martes por la noche no coincidía con ninguno de los rehenes fallecidos desaparecidos, dijo el ejército israelí.
Los medios israelíes sugirieron que podría ser el cuerpo de un palestino.
“Se requiere que Hamás haga todos los esfuerzos necesarios para devolver a los rehenes fallecidos”, dijo el ejército.
Israel dice que todavía hay 21 rehenes muertos en Gaza.
Durante un alto el fuego anterior en febrero, Hamás entregó el cuerpo de un gazatí en lugar del rehén israelí Shiri Bibas, una madre que fue secuestrada con sus dos hijos pequeños, un incidente que provocó indignación en Israel. Su cuerpo fue devuelto un día después y positivamente identificado.
Entre los cuerpos devueltos el martes por la tarde se identificó el del soldado alemán-israelí Tamir Nimrodi, según el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas.
Nimrodi, de 20 años, fue secuestrado en la zona fronteriza israelí durante los ataques del 7 de octubre de 2023 que desencadenaron la guerra de Gaza. Había intercambiado voluntariamente sus tareas de fin de semana con otro soldado y fue asesinado por un bombardeo israelí durante su cautiverio.
Su madre, Herut Nimrodi, se reunió con el canciller alemán Friedrich Merz en los últimos meses para hacer campaña por la liberación de los rehenes restantes.
Los cuerpos de Eitan Levy y Uriel Baruch también formaron parte del regreso final.
Según un acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos, Hamás debe entregar un total de 28 cadáveres. Los 20 rehenes que aún estaban vivos fueron liberados el lunes tras 738 días de cautiverio. Ese mismo día también fueron devueltos cuatro de los muertos.
Hamás citó dificultades para localizar restos entre los escombros después de dos años de guerra en Gaza.
Las autoridades israelíes sugirieron que las demoras podrían ser una táctica y amenazaron con restringir la ayuda y mantener cerrado el cruce fronterizo de Rafah con Egipto hasta que todos los cuerpos de los rehenes fueran transferidos.



