Donald Trump ordenó la demolición de partes del ala este para dar paso a su nuevo salón de baile de 250 millones de dólares.
Las fotografías tomadas el lunes mostraban una retroexcavadora destrozando la alguna vez inmaculada estructura que había sido parte del complejo de la Casa Blanca durante más de un siglo.
Se escucharon golpes y choques en toda la zona mientras grupos de empleados y periodistas observaban el inicio de las obras.
Preguntada sobre los trabajos de demolición, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respondió que “se llevarán a cabo las construcciones necesarias” y que el ala este será “modernizada”.
Trump anunció en julio planes para construir un gran salón de baile de 90.000 pies cuadrados para albergar cenas de estado y otros eventos oficiales.
Las representaciones muestran un diseño lujoso (candelabros de cristal, columnas doradas e incrustaciones de oro) que reflejan la estética opulenta del complejo presidencial de Mar-a-Lago.
El nuevo salón de baile está financiado de forma privada, con contribuciones del propio Trump. Los donantes incluyen a los titanes de Silicon Valley, Apple y Google, el gigante de defensa Lockheed Martin y el proveedor de telecomunicaciones T-Mobile.
Los planos son lujosos y reflejan la estética opulenta del complejo presidencial de Mar-a-Lago, con representaciones que muestran candelabros de oro y cristal, columnas doradas e incrustaciones de oro.
El ala este, en su forma original, fue construida en 1902 como parte de las renovaciones de Theodore Roosevelt, inicialmente como una pequeña estructura que servía como entrada pública.
Desde entonces, se ha ampliado y modificado, incluida la adición de un segundo piso en 1942 para albergar las oficinas de la Primera Dama Eleanor Roosevelt y su personal.
Las fotografías tomadas el lunes mostraban una retroexcavadora destrozando la alguna vez inmaculada estructura que había sido parte del complejo de la Casa Blanca durante más de un siglo.



