Rusia se está preparando para integrar la criptografía en su comercio internacional. El gobierno anunció hoy que legalizaría su uso para las regulaciones de comercio exterior.
Esta decisión es una respuesta estratégica a las sanciones occidentales. Al establecer un sistema legal para los criptopagos transfronterizos, Rusia puede eludir las restricciones a los canales bancarios tradicionales.
El Ministerio de Finanzas de Rusia y el Banco Central acordaron oficialmente legalizar las criptomonedas para resolver acuerdos comerciales internacionales.
Esta decisión formaliza el régimen jurídico experimental (ELR) lanzado en septiembre, que inicialmente permitió poner a prueba las criptomonedas para transacciones transfronterizas.
La medida se considera ampliamente como una medida estratégica para proporcionar a las empresas rusas un canal de pago alternativo. Esto podría aliviar la presión de las sanciones occidentales sobre el acceso del país a los servicios bancarios globales tradicionales.
La nueva legislación irá acompañada de regulaciones estrictas y un mayor control. Según el Ministro de Finanzas, Anton Siluanov, a pesar del objetivo estratégico de aliviar las sanciones, los reguladores siguen intensamente concentrados en controlar los riesgos financieros inherentes asociados con las criptomonedas descentralizadas.
Las medidas de supervisión propuestas incluirán estrictos estándares contra el lavado de dinero (AML) y de conocimiento de su cliente (KYC) aplicados por el Servicio Federal de Supervisión Financiera. Durante este tiempo, todas las transacciones criptográficas se procesarán a través de una infraestructura regulada bajo la supervisión directa del Banco Central de Rusia.
El nuevo marco legal sólo se aplica a las regulaciones de comercio exterior y mantiene la prohibición del uso de criptomonedas para pagos internos en Rusia. Los reguladores diseñaron esta política fundamental para proteger la estabilidad financiera del rublo.
La decisión de Rusia de legalizar las criptomonedas para los acuerdos de comercio exterior es una respuesta estratégica a la fuerte presión económica impuesta por los países occidentales tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022.



