La lucha de la administración Trump para limitar el financiamiento de cupones para alimentos durante el cierre federal ha provocado un aumento en la demanda en los bancos de alimentos en todo el país, mientras millones de estadounidenses enfrentan incertidumbre sobre cómo podrán comprar alimentos.
Por primera vez en la historia del programa, los beneficios SNAP fueron cortados el 1 de noviembre debido al cierre del gobierno federal, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
La pausa dejó a 42 millones de estadounidenses, o uno de cada ocho hogares, sin asistencia alimentaria y provocó un aumento de la demanda en los bancos de alimentos del país.
SNAP normalmente cuesta alrededor de $9 mil millones por mes. La administración Trump planeó cubrir solo el 65 por ciento de los beneficios de noviembre utilizando fondos de reserva, pero EE.UU.
El juez de distrito Jack McConnell de Rhode Island ordenó la financiación total aprovechando las reservas agrícolas, una medida que los críticos consideraron esencial para proteger la seguridad alimentaria.
La administración apeló, argumentando que los tribunales no pueden otorgar fondos, y el viernes la Corte Suprema bloqueó temporalmente la orden de McConnell, dando a la Casa Blanca más tiempo para impugnar el mandato.
Como resultado, los beneficios totales siguen siendo inciertos y los pagos parciales prometidos por el USDA aún no han llegado a la mayoría de los hogares.
Las consecuencias fueron inmediatas. Feeding America, la red de alivio del hambre más grande del país, informó un aumento de seis veces en el tráfico a su localizador de bancos de alimentos, con más de 28.000 visitantes diarios que buscan ayuda.
Los esfuerzos de la administración Trump para limitar la financiación de cupones para alimentos provocaron un aumento en la demanda en los bancos de alimentos de todo el país durante el cierre federal.
Mónica López González, de Feeding America, calificó la situación de “catastrófica”.
Voluntarios trabajan en un turno en una línea de montaje para preparar carritos de supermercado en el Banco de Alimentos de Emergencia del Condado de Adams en Commerce City, Colorado, el 31 de octubre de 2025.
“Esta situación es catastrófica”, dijo Mónica López González, directora de marketing y comunicaciones del grupo. Fortuna. “En este momento, 42 millones de personas están luchando para comprar alimentos y sus vidas están trastornadas porque sus beneficios se han visto interrumpidos”.
En todo el país, los bancos de alimentos están viendo colas más largas y estantes vacíos. “Las filas son cada vez más largas y la comida se está acabando temprano”, dijo Gonzales. “Vemos veteranos, personas mayores, madres y niños: todo el mundo está estresado. »
Una encuesta muestra que el 83 por ciento de los hogares afectados se saltan comidas o compran menos alimentos, y el 85 por ciento recurre a opciones más baratas y menos nutritivas.
Casi 50 millones de estadounidenses ya padecían hambre antes del cierre, incluidos 14 millones de niños.
“SNAP es la primera línea de defensa contra el hambre”, dijo Gonzales. “Cuando se interrumpe, todos los demás elementos de la red de seguridad tiemblan”.
Feeding America solicita donaciones, promoción y apoyo voluntario para ayudar a satisfacer la creciente demanda. “Cualquier cosa que hagamos no puede reemplazar a SNAP”, enfatizó Gonzales. “Necesitamos que todos –gobierno, empresas y comunidades– trabajen juntos para que finalmente podamos acabar con el hambre en Estados Unidos”.



