Un ucraniano encarcelado en Italia y acusado de participar en el bombardeo de 2022 al gasoducto Nord Stream en el Mar Báltico ha formulado graves acusaciones contra sus captores.
“Estoy retenido bajo vigilancia armada, en completo aislamiento y bajo vigilancia constante”, afirmó el acusado, identificado únicamente como Serhij K, de conformidad con las leyes de privacidad, en una carta citada el lunes por su abogado.
El hombre, que será extraditado a Alemania por cargos penales, inició una huelga de hambre hace más de una semana “porque los italianos ignoran mis peticiones y violan mis derechos como prisionero de guerra y como ser humano”, afirmó.
El abogado Nicola Canestrini publicó la carta, escrita en ucraniano y que no le fue enviada por canales oficiales.
Recientemente, un tribunal de Bolonia aprobó la transferencia de K a las autoridades alemanas. Sin embargo, Canestrini dijo que llevaría el caso nuevamente ante el Tribunal Supremo italiano en Roma y apelaría.
El tribunal ya detuvo la extradición una vez. Aún no sabemos cuándo tendrá lugar la próxima audiencia ante el Tribunal de Casación.
Según Canestrini, la detención de K plantea serias dudas sobre “el respeto al derecho internacional humanitario y el trato a los combatientes capturados en el extranjero”.
Su cliente, aunque es un oficial de las fuerzas armadas ucranianas, es “desechado como un zapato viejo, olvidado por quienes deberían haberlo defendido”, afirmó el abogado.
Durante el fin de semana, el comisionado de derechos humanos de Ucrania, Dmytro Lubinets, expresó su preocupación por el estado de K y enfatizó que su situación requería acción inmediata.
El hombre de 49 años es considerado el presunto autor intelectual de los ataques a los gasoductos rusos en el Mar Báltico hace tres años, tras la invasión a gran escala de Ucrania.
Los fiscales alemanes lo acusan de provocar conjuntamente la explosión de un oleoducto y de sabotaje inconstitucional. Por tanto, debe ser juzgado en Alemania.



