Si Tailandia cumple, asestaría un doloroso golpe al sector agrícola de Israel justo cuando éste lucha por recuperarse del impacto del ataque.
Irán ha ofrecido ayuda a Tailandia para asegurar la liberación de los rehenes tailandeses retenidos por Hamás con la condición de que Bangkok califique a Israel de “país peligroso” y ordene a sus decenas de miles de trabajadores agrícolas que abandonen el país inmediatamente, dijeron dos fuentes familiarizadas con el asunto. El Correo de Jerusalén JUEVES.
El mensaje iraní fue claro: ayúdenos a ejercer presión económica sobre Israel y le ayudaremos a traer a su pueblo a casa.
En las tensas y caóticas semanas que siguieron al ataque del 7 de octubre, mientras Israel todavía contaba sus muertos y buscaba a civiles desaparecidos, se desarrollaba un drama a miles de kilómetros de distancia, en Bangkok.
El gobierno tailandés, consternado por la magnitud de la masacre en la que fueron asesinados 39 ciudadanos tailandeses y desesperado por proteger a sus ciudadanos, ha lanzado esfuerzos diplomáticos urgentes para asegurar la liberación de los 31 trabajadores tailandeses secuestrados por Hamás y otros grupos terroristas.
Esta fue una crisis humanitaria, no política; Tailandia no tiene ningún conflicto directo con Hamás. Pero, como suele ocurrir en Oriente Medio, incluso las crisis humanitarias pueden convertirse en moneda de cambio.
LA GENTE CAMINA por una calle de Teherán, Irán, en noviembre de 2025. (AGENCIA DE NOTICIAS DE ASIA OCCIDENTAL/REUTERS)
Teherán, que ha mantenido su influencia sobre Hamás, ha indicado que podría facilitar la liberación de los rehenes tailandeses; sin embargo, la oferta no fue incondicional.
Posible daño al sector agrícola israelí
Si Tailandia cumple, asestaría un doloroso golpe al sector agrícola de Israel justo cuando éste lucha por recuperarse del impacto del ataque.
Entre 30.000 y 40.000 trabajadores tailandeses trabajaban en granjas e invernaderos israelíes, algunos de ellos en el Negev occidental y cerca de la frontera con Gaza, la región más afectada el 7 de octubre.
Su repentina retirada habría paralizado la producción de alimentos israelí y habría causado daños económicos a largo plazo.
En noviembre de 2023, con los esfuerzos de rescate estancados y las familias de los rehenes pidiendo respuestas, Tailandia envió una delegación de alto nivel a Teherán.
Se reunieron con altos funcionarios iraníes y, según algunos informes, incluso con representantes de Hamás, incluido Musa Abu Marzouk, una figura clave en el politburó de Hamás. Había señales de progreso. Arifin Utarasint, el enviado de Tailandia a Irán en ese momento, declaró públicamente que Hamás estaba “dispuesto a liberar a los trabajadores secuestrados en el momento adecuado”.
En unas semanas, los primeros 23 Rehenes tailandeses liberados durante la tregua inicial. Ocho más fueron lanzados en fases posteriores al año siguiente.
Sin embargo, no todos regresaron vivos a casa: tres trabajadores tailandeses fueron asesinados el 7 de octubre o estaban en cautiverio. El último cuerpo encontrado, el de Suttisak Rintalak, fue devuelto a Israel el miércoles.
Esa mañana, estaba trabajando en campos agrícolas en la zona fronteriza de Gaza, sin saber por completo que terroristas encubiertos ya se dirigían hacia esa zona. Pasaron más de dos años antes de que sus restos fueran finalmente identificados y repatriados.
Aunque la supuesta solicitud de Irán tenía como objetivo provocar un éxodo masivo de trabajadores tailandeses, no tuvo éxito. Asustados y traumatizados inmediatamente después del ataque, algunos trabajadores regresaron a sus casas.
Sin embargo, la mayoría optó por quedarse, motivada por la necesidad económica, la lealtad a los empleadores o simplemente la esperanza de que Israel se estabilizara pronto. Al final, sólo unos pocos miles de trabajadores tailandeses abandonaron el país, lejos de las decenas de miles que Irán esperaba que abandonaran.
A mediados de 2024, la situación había vuelto a cambiar. En mayo de 2024, el Ministro de Trabajo tailandés visitó Israel. Después de reuniones con funcionarios israelíes, ambas partes acordaron alentar a los trabajadores tailandeses a continuar trabajando en Israel, reafirmando las estrechas relaciones económicas entre los dos países.



