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Douglas Murray: Europa debe aumentar su propio gasto en defensa y disuadir a Putin y Rusia de una nueva invasión

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Siempre ha habido muchos chistes sobre el ejército europeo.

Mi favorito es el antiguo con diseño de tanque italiano que cuenta con cuatro marchas atrás y una hacia adelante.

La marcha hacia adelante es en caso de que el enemigo lo sorprenda por la retaguardia.

Pero la verdad es que la defensa europea no es una broma.

Desde el final de la Guerra Fría, los países europeos han disfrutado del dividendo de la paz al reducir su gasto en defensa.

En particular para continuar con su enorme gasto social.

Todos los presidentes estadounidenses de este siglo han tratado de persuadir a sus homólogos europeos para que aumenten el gasto, en particular a los aliados de Estados Unidos en la OTAN.

Tanto republicanos como demócratas han intentado hacerlo.

Y utilizaron diferentes tácticas para advertir, engatusar y amenazar.

Pero los europeos aun así jugaron con sus números.

Ruégueles que cumplan con un compromiso de gasto de defensa del 2% del PIB e incluso aquellos países que lo hagan lo habrán hecho teniendo en cuenta las pensiones militares y similares para alcanzar la cifra mínima.

La invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022 debería haber sido la llamada de atención que necesitaban los europeos.

Este debería haber sido el momento en que se dieron cuenta de que su vecindario se estaba volviendo muy serio nuevamente.

Dejando de lado la invasión de Ucrania, podrían haber observado las incursiones rusas en el espacio aéreo polaco o sus búsquedas en los Estados bálticos para darse cuenta de que era necesario disuadir a Vladimir Putin.

Y estos gastos mínimos de defensa no serían suficientes para disuadirlo.

Cuestión de proximidad

Sin embargo, los resultados han sido mixtos, por decir lo menos.

No sorprende que sean los países más cercanos a Rusia –y los que tienen más probabilidades de sufrir la agresión de Putin– los que están gastando más.

Se espera que Polonia y los Estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) gasten alrededor del 4% o más de su PIB en defensa este año.

Otros países están muy por detrás.

España e Irlanda en particular –tal vez porque están más alejadas de Rusia, o tal vez porque son países de extrema izquierda endeudados en materia de asistencia social– están muy por detrás.

El año pasado, España gastó sólo el 1,28% de su PIB en defensa.

Irlanda consigue gastar sólo el 0,24% de su PIB en defensa.

Son cifras patéticas.

Y esta semana resultó que Europa ni siquiera utilizará los activos rusos congelados para apoyar a Ucrania.

¿El país que está retrasando esto? Bélgica.

Sí, Bélgica.

Pero la pregunta que se hacen el presidente Trump y muchos estadounidenses es: ¿Por qué debería corresponderle a un país mucho más alejado de Rusia tener que pagar por la defensa de Europa más de lo que Europa está dispuesta a defenderse?

Es una buena pregunta a la que, comprensiblemente, los líderes europeos se resisten.

El continente está lleno de personas que han decidido que después de 2022 tendrán la oportunidad de lucirse.

Hay primeros ministros británicos consecutivos, desde Boris Johnson hasta Keir Starmer, que han tratado de presentarse como figuras churchillianas.

Está Emmanuel Macron, el futuro Napoleón, en París.

Todos estos líderes y más hablan de un gran juego, pero ¿están a la altura de la tarea?

Una filtración esta semana pone las cosas en perspectiva.

Advertencia de “traición”

Se informó que durante una llamada con líderes europeos, el presidente francés Macron advirtió que Estados Unidos podría estar a punto de “traicionar” a Ucrania.

La transcripción de la llamada –filtrada en una revista alemana– informa que Macron dijo: “es posible que Estados Unidos traicione a Ucrania en la cuestión territorial sin claridad sobre las garantías de seguridad”.

Ahora todo el mundo se centra en la palabra “traicionar” (cuyo uso los franceses niegan).

Lo que la gente no sabe es la cuestión más importante: las garantías de seguridad.

Si los europeos temen que Ucrania se beneficie de garantías de seguridad como parte de un acuerdo de paz, ¿no es este el momento de intensificar nuestros esfuerzos?

El presidente Volodymyr Zelensky y el público ucraniano en su conjunto tienen razón al desear ciertas garantías para su seguridad futura.

Especialmente si el acuerdo de paz que se les ofrece incluye la triste perspectiva de que Ucrania tendrá que ceder territorio ucraniano a los rusos.

Incluyendo –como dije en este artículo hace unas semanas– partes de Ucrania que las fuerzas rusas aún no han capturado por completo.

Por supuesto, debería haber garantías para la seguridad futura del país, para disuadir a Putin de intentar devorar más territorio ucraniano en un futuro cercano o lejano.

Lo que más les gustaría a los ucranianos –la membresía en la OTAN– no puede estar sobre la mesa porque impediría el inicio de las negociaciones.

Pero la idea de estacionar tropas europeas en Ucrania para disuadir a Putin es totalmente factible.

Si los europeos quieren ayudar a poner fin a esta guerra, una de las mejores cosas que pueden hacer es actuar.

Haz un compromiso

En lugar de que Starmer, Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y otros hablen de la amenaza de una mayor agresión rusa, ¿por qué no comprometerse a prevenirla?

Los líderes políticos y militares europeos han pasado los últimos tres años emitiendo terribles advertencias sobre nuevas invasiones rusas, una posible guerra a gran escala con Rusia e incluso la perspectiva de reclutamiento en los países europeos.

Pero no actúan como si sus palabras tuvieran significado.

¿Por qué no se comprometen a proporcionar los miles de tropas necesarias para su despliegue en Ucrania una vez que terminen todas las hostilidades?

Esta es una pregunta muy difícil de responder.

Si Estados Unidos sintiera que estaba en riesgo de una invasión inminente y sus líderes lo dijeran, sería muy extraño que este país continuara como siempre en términos de gasto y ejército.

En ese caso, parece posible que Gran Bretaña y, en menor medida, Francia estén dispuestas a comprometer un número de tropas.

Pero ¿qué pasa con el resto de Europa?

La expansión militar alemana sigue siendo motivo de preocupación.

Pero en algún momento Europa tendrá que superar este problema.

Probablemente nunca habrá una Europa segura sin un ejército alemán importante.

Pero por ahora, la mayor parte de Europa sigue haciendo lo que ha hecho durante décadas: esperar que el Tío Sam los salve.

Es hora de que Europa encuentre el tren delantero de este tanque.

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