Home Cultura Adolescente desaparecida expone los límites de la sociedad en un rico drama

Adolescente desaparecida expone los límites de la sociedad en un rico drama

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Se necesita un desvío en una peregrinación a La Meca para experimentar la verdadera iluminación en “Hijra”, la fascinante película de segundo año de Shahad Ameen, en la que la repentina desaparición de una de las dos jóvenes confiadas al cuidado de su devota abuela trastorna su sagrado ritual Hajj. Seleccionado para representar a Arabia Saudita en la carrera internacional de largometrajes por los Oscar, el drama inteligentemente elaborado muestra que para encontrar a la joven desaparecida, Sitti (Khairiah Nathmy) y su nieta restante, Janna (Lamar Faden), deben desarrollar una mayor confianza en sí mismos mientras viajan por el país. El guionista y director toma un camino refrescante y menos transitado para ilustrar las restricciones culturales que dan forma a su experiencia.

El enfoque inspirado de Ameen es visible desde los primeros fotogramas de la película, mientras se limpia la nieve del parabrisas de un autobús que se dirige a Tierra Santa, pero el esfuerzo de limpieza sólo oscurece la imagen. Es una introducción astuta y apropiada a Sitti, que parece exigir piedad de los demás, eternamente vestida con una inmaculada abaya blanca, pero que hará lo que le convenga cuando la situación lo exija. El director sitúa la película en 2001, antes de cualquier agitación en el país tras la invasión estadounidense, pero “Hijra” imagina un tipo diferente de conflicto ya en marcha cuando las cadenas de comida rápida y los salones de cera occidentalizados se convierten en parte de una sociedad donde todavía se pueden ver camellos vagando por las calles.

Las arenas parecen no moverse lo suficientemente rápido para Sarah (Raghad Bokhari), de 18 años, cuyos auriculares, que usa para ignorar cualquier ruido en el autobús, son una pista de que es posible que no esté allí durante todo el viaje. En un momento, ella desaparece entre la multitud de fieles que abruman a la joven Janna. Más tarde, se revela que planeaba cruzar la frontera con un novio.

Al principio, puede parecer demasiado conveniente que Sitti y Janna no tengan problemas para encontrar un conductor que les ayude a buscar a Sarah, porque Ahmed (Nawaf Al-Dhufairy), un vendedor que Sitti ve en las calles de Taif, acude rápidamente en su ayuda y les pregunta cuánto quiere pagar Sitti. Pero cuando su bondad no está arraigada en ninguna creencia profunda (no duda en vender agua promocionada como sagrada que saca de un grifo), Ameen astutamente prepara el escenario para un viaje religioso en el que todos deben venir y definir los principios con los que quieren vivir por sí mismos.

El director se abstiene de imponer grandes revelaciones a los personajes y, en cambio, expone los sistemas opresivos que dan forma a su toma de decisiones y complican incluso las interacciones más básicas. No debería haber mucha tensión en una escena en la que Ahmed se queda atrapado en el tráfico esperando un puesto de control, pero una pequeña mentira tras otra comienza a acumularse en su camioneta creando una ansiedad increíble. Primero, le pide a una de las mujeres que se siente al frente, porque parecer de la familia hará que a los guardias les resulte más fácil saludarlas. Al mismo tiempo, al no querer responderle al padre de las niñas, Sitti le entrega a Janna su teléfono celular y le pide que le diga que está con su tía. Parecen intrusiones menores, pero cuando nadie se siente cómodo diciendo la verdad, la influencia de ese comportamiento en Janna, de 12 años, se vuelve preocupante.

Al pensar en este camino psicológicamente más peligroso frente a los obstáculos prácticos que normalmente podrían enfrentar Sitti, Janna y Ahmed al intentar localizar a Sarah, “Hijra” continúa participando. Aunque la película pierde ligeramente algo de su impulso una vez que su misterio central se resuelve en gran medida después de su primera hora, Ameen todavía encuentra intriga en la búsqueda de los personajes de quiénes son, distintos de quiénes no se les permite ser.

Nathmy, Al-Dhufairy y Faden ofrecen excelentes actuaciones en las que los cambios de actitud más sutiles se registran como momentos importantes y Nathmy, en particular, da un giro conmovedor como Sitti, que parece abrir nuevos caminos al reflexionar sobre las peregrinaciones que realizó décadas antes. La idea de huir a la frontera puede parecerle incomprensible a la abuela, pero Ameen imagina muchos caminos diferentes hacia la libertad, abriendo aún más posibilidades para llegar allí.

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Ulises Tapia
Ulises Tapia es corresponsal internacional y analista global con más de 15 años de experiencia cubriendo noticias y eventos de relevancia mundial. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Autónoma de Madrid, Ulises ha trabajado desde múltiples capitales del mundo, incluyendo Nueva York, París y Bruselas, ofreciendo cobertura de política internacional, economía global, conflictos y relaciones diplomáticas. Su trabajo combina la investigación rigurosa con análisis profundo, lo que le permite aportar contexto y claridad sobre situaciones complejas a sus lectores. Ha colaborado con medios de comunicación líderes en España y Latinoamérica, produciendo reportajes, entrevistas exclusivas y artículos de opinión que reflejan una perspectiva profesional y objetiva sobre los acontecimientos internacionales. Ulises también participa en conferencias, seminarios y paneles especializados en geopolítica y relaciones internacionales, compartiendo su experiencia con jóvenes corresponsales y estudiantes de periodismo. Su compromiso con la veracidad y la transparencia le ha convertido en una referencia confiable para lectores y colegas dentro del ámbito del periodismo internacional. Teléfono: +34 678 234 910 Correo: ulisestapia@sisepuede.es

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