El discurso de apertura de Tetsu Fujimura sobre el futuro de la propiedad intelectual japonesa en las adaptaciones globales ofreció a los asistentes a TIFFCOM un argumento convincente de que la propiedad intelectual japonesa se está convirtiendo rápidamente en una de las principales industrias del país, rivalizando incluso con sus poderosos fabricantes de automóviles.
TIFFCOM es el brazo comercial del Festival Internacional de Cine de Tokio.
Fundador y director ejecutivo de la consultora Filosophia, así como fundador de la importante distribuidora Gaga Corporation, Fujimura comenzó la discusión describiendo rápidamente su ascenso hasta convertirse en uno de los principales productores de contenido generado en Japón para audiencias globales, incluida la exitosa serie de acción en vivo de Netflix “One Piece”.
La clave de su éxito, explicó, fueron sus relaciones con los principales productores de Hollywood, comenzando con el fundador de Marvel Studio, Avi Arad, con quien produjo la ciencia ficción de acción real de 2017 “Ghost in the Shell”, y el productor de televisión Marty Adelstein, quien se convirtió en su socio en la realización de “One Piece”.
Pero sus logros individuales, como lo ilustró con una tormenta de hechos y cifras meticulosamente investigados, no forman más que un creciente tsunami de propiedad intelectual japonesa, desde manga y anime hasta películas y juegos, que está avanzando en el mercado global.
Este tsunami se viene gestando desde hace mucho tiempo, desde la década de 1990, cuando sólo entre el 10 y el 20 por ciento de las películas más vendidas en la taquilla mundial dependían de derechos de propiedad intelectual existentes, hasta casi el 90 por ciento en la década actual.
Entre los 20 títulos principales en el ranking de ingresos por propiedad intelectual más reciente, establecido en 2021, diez son japoneses, incluidos “Pokémon”, “Hello Kitty”, “Anpanman”, “Super Mario”, “Shonen Jump”, “Gundam”, “Dragon Ball”, “Fist of the North Star”, “One Piece” y “Yu-Gi-Oh! “. “En este tipo de clasificaciones globales, las obras japonesas aparecen inevitablemente en grandes cantidades”, comentó Fujimura. “Así que creo que entiendes que Japón tiene una presencia significativa en el mundo en muchos sentidos”.
¿Qué hace que la propiedad intelectual japonesa sea tan fuerte? Fujimura enumeró tres razones: el enorme apetito de Japón por el manga y el anime, impulsado por las principales editoriales, cadenas de televisión y estudios de animación; la distribución global de dibujos animados, con Netflix y Amazon a la cabeza; y Japón se encuentra entre las principales potencias de los juegos del mundo, con Sony (“Uncharted”, “Gran Turismo”) y Nintendo (“Sonic the Hedgehog”, “Super Mario”) no sólo a la cabeza, sino que también generan películas taquilleras a partir de sus juegos.
“Entre los juegos originales adaptados a películas de acción real de Hollywood, las licencias japonesas son actualmente las más numerosas”, dijo Fujimura. “Creo que atraerán aún más la atención en el futuro”.
Un ejemplo es la película “The Super Mario Bros. Movie” de 2023, que recaudó 1.361 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en la quinta película animada más taquillera de todos los tiempos. “Disney ha producido innumerables películas animadas y ésta las supera a todas excepto a ‘Frozen 2′”, dijo Fujimura. “Lo que hemos logrado es increíble y realmente muestra cuán poderosa es la animación japonesa”.
Su conclusión: “Los géneros de propiedad intelectual representativos de Japón (manga, anime y juegos) poseen un potencial de crecimiento extremadamente alto que creo que seguirá siendo un motivo de orgullo. Es un testimonio de la fortaleza de Japón, que demuestra que la propiedad intelectual japonesa puede tener éxito en Hollywood”.



