El Festival de Cine Lumière 2025 alcanzó su clímax el viernes por la noche con la entrega de su máximo honor, el Premio Lumière, a Michael Mann, en homenaje al cineasta de “Ali”, “Heat” y “The Insider”.
La ceremonia comenzó con un mensaje sorpresa de Quentin Tarantino, proyectado en la pantalla gigante del Anfiteatro. “Parece que tenemos un mensaje de alguien”, dijo el director del festival Lumière y presidente de Cannes, Thierry Frémaux, presentando un correo electrónico de Tarantino, uno de los primeros ganadores del Premio Lumière, otorgado en 2013, dando la bienvenida a Mann “al club”.
Cuando subió al escenario para recibir su premio de manos de la ganadora de 2024, Isabelle Huppert, Mann estaba visiblemente conmovido. “Ahora sé por qué tantos directores como Clint Eastwood y Tim Burton se quedan sin palabras cuando vienen aquí. Es fantástico. Muchas gracias”.
Luego recordó el momento en que decidió convertirse en cineasta: “La idea de hacer películas llegó a mi vida cuando tenía 19 o 20 años, en una fría y luminosa noche de invierno en Wisconsin, después de proyectar una película muda. Estaba caminando desde los edificios del campus y fue como si el cielo se abriera, y entonces una mano gigante bajó y me dijo: deberías hacer películas. Es uno de esos raros momentos en nuestra vida donde una verdad profunda te invade y te dice: no hay Negociación, no reflexión, esto es lo que debes hacer. Y soy profundamente afortunado de haber encontrado un trabajo artístico que me siento impulsado a realizar a lo largo de mi vida.
Mann concluyó su discurso con gratitud: “Recibo este maravilloso honor con gratitud en nombre del espíritu que todos compartimos por hacer cine dramático, y también en nombre de ese mismo espíritu imaginativo que reside en cada persona aquí, que está influenciado, transportado y entusiasmado por todo lo que hace el cine. Esta noche será un recuerdo duradero para mí. Estoy total y profundamente agradecido por este honor. Muchas gracias”.
Antes de entregar el premio a Mann, Isabelle Huppert, ganadora del año pasado, rindió homenaje a Mann, llamándolo “un cineasta que escucha a sus actores, los mira con curiosidad y les ofrece papeles que los desafían y los revelan al mismo tiempo”.
“Recibir el Premio Lumière aquí en Lyon no es sólo una recompensa, es un regreso a la fuente, a esta luz original de la que os habéis convertido en uno de los grandes herederos”, afirmó. “Gracias, Michael Mann, por seguir sorprendiéndonos, desestabilizándonos, compartiendo nuestras obsesiones y haciendo del cine un lugar de exploración incansable, siempre renovado. Gracias por tu trabajo exigente, lírico y sensual, y por tu fidelidad a la luz misma. Que esta luz siga contigo. Y viva el cine.”



