Caída global en los mercados: el impacto de los aranceles de Trump

Los mercados bursátiles de todo el mundo han vivido jornadas turbulentas en los últimos días. Ayer, el índice S&P 500 cerró con una caída acumulada del 10 % desde el inicio del mes, entrando brevemente en lo que se conoce como territorio bajista. En Europa y Asia, los principales índices también han sufrido descensos significativos desde el 1 de abril.
Esta volatilidad global tiene un origen claro: los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A diferencia de otras crisis económicas, como el colapso de bancos, la burbuja inmobiliaria o una pandemia, esta situación tiene una causa directamente atribuible al propio presidente. Él tomó la decisión de imponer los aranceles y solo él puede decidir cuándo eliminarlos.
Esa singularidad ha provocado una reacción internacional sin precedentes. Según la Casa Blanca, más de 50 países han contactado al gobierno estadounidense para negociar una excepción a los aranceles. Ayer mismo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se desplazó a Washington en busca de un acuerdo.
Líderes mundiales en busca de respuestas
Sin embargo, muchos de estos países se enfrentan a un panorama incierto. Los líderes internacionales intentan negociar con Trump, pero no tienen claro qué espera él a cambio. El presidente no ha definido de forma coherente el propósito de sus medidas comerciales.
En distintas ocasiones, Trump ha ofrecido explicaciones contradictorias. Por un lado, ha sugerido que los aranceles forman parte de una estrategia de negociación, lo que implicaría que serían temporales. Pero también ha argumentado que su finalidad es aumentar los ingresos fiscales y recuperar la manufactura nacional, lo que exigiría mantenerlos a largo plazo. No se puede recaudar impuestos o atraer fábricas si los aranceles se eliminan pronto.
Un ejemplo revelador es el de Israel. Antes incluso de que Trump anunciara oficialmente los aranceles la semana pasada, el gobierno israelí se comprometió a suprimir todas las barreras comerciales que afectaran a Estados Unidos, pensando que así evitaría sanciones. A pesar de ese gesto, Trump impuso igualmente nuevos gravámenes sobre los productos israelíes.
Ayer, Netanyahu se convirtió en el primer líder extranjero en reunirse personalmente con Trump desde el anuncio. Durante el encuentro, reiteró la disposición de Israel a eliminar obstáculos comerciales. Trump le agradeció sus palabras, pero no ofreció ninguna garantía a cambio.
Incertidumbre y pánico en los mercados
La inestabilidad ha sido constante en los mercados. Ayer, las bolsas repuntaron brevemente tras rumores sin confirmar de que la Casa Blanca podría suspender los aranceles durante 90 días. Pero poco después, las cuentas oficiales del gobierno en redes sociales desmintieron esa posibilidad calificándola de “FAKE NEWS”. Incluso, Trump amenazó con imponer más aranceles a China, como respuesta a las represalias de Pekín. Esa cadena de eventos provocó una nueva oleada de ventas en los mercados, con billones de dólares evaporándose en cuestión de horas.
Dos posibles escenarios
El movimiento de Trump podría tener dos desenlaces principales. En uno, consigue resistir la presión del caos financiero y logra concesiones significativas de sus socios comerciales. En el otro, los mercados y quizá la economía estadounidense continúan deteriorándose, y Trump no obtiene ningún resultado tangible. En ese caso, podría verse obligado a retirar los aranceles, como ya ocurrió este mismo año con Canadá y México, sin haber alcanzado verdaderos acuerdos.
Israel ha decidido apostar por el primer escenario, como lo demuestra la visita de Netanyahu. Europa también ha optado por una vía diplomática. Aunque ha preparado medidas de represalia, estas son más moderadas de lo inicialmente anunciado. “Los funcionarios se están moviendo con cautela, evitando aplicar una serie de sanciones amplias de forma inmediata, con la esperanza de que Estados Unidos se siente a negociar”, explicó la periodista Jeanna Smialek.