Los países tropicales, desde Camerún hasta Colombia, pueden ganar decenas de millones de dólares al año con un nuevo enfoque para proteger las selvas tropicales del mundo lanzado en la cumbre COP30 en Brasil.
La inauguración del Rainforest Forever Fund (TFFF) se espera el jueves cuando los líderes mundiales se reúnan en la Amazonia brasileña, donde se llevan a cabo las negociaciones climáticas de la ONU de este año.
Brasil está buscando 125 mil millones de dólares de gobiernos y financistas privados para un fondo de inversión global que propone realizar pagos anuales a los países en desarrollo por cada hectárea de bosque que mantienen.
El proyecto atrajo cierto interés inicial, pero los inversores se mostraron menos receptivos. Esto es lo que necesita saber sobre la iniciativa forestal central de Brasil en la COP30:
– ¿Por qué es esto necesario? –
La mayor parte de la selva tropical primaria del mundo se encuentra en los países tropicales más pobres, donde simplemente se puede ganar más dinero talando árboles que salvándolos.
Décadas de promesas de los países ricos para financiar la lucha contra la deforestación no se han materializado, dijo Joao Paulo de Resende, asesor especial para el clima del Ministerio de Finanzas de Brasil.
A pesar de algunas mejoras a nivel nacional, especialmente en Brasil, las tasas de deforestación se mantienen en niveles récord a nivel mundial: cada minuto se perderá el equivalente a 18 campos de fútbol de bosque primario en 2024.
Este es un gran problema para el planeta. Los bosques tropicales son ricos en biodiversidad y ayudan a regular el clima, y su destrucción libera grandes cantidades de carbono almacenado.
– ¿Cómo funciona el fondo? –
Este es el caso del fondo forestal, que propone crear una fuente de ingresos fiable y a largo plazo para socavar el incentivo económico de los países tropicales para talar árboles.
Primero debe encontrar 25 mil millones de dólares de gobiernos “patrocinadores” deseosos de mejorar su reputación en términos de conservación y dispuestos a tomar la iniciativa si el fondo sufriera pérdidas.
Al absorber más riesgo, Brasil espera atraer 100.000 millones de dólares adicionales de inversores privados, como fondos de pensiones y fondos soberanos, cuyos rendimientos estarían mejor protegidos.
El capital combinado se invierte en mercados emergentes para generar beneficios que, tras devolver los intereses a los inversores, fluyen hacia países tropicales con bajas tasas de deforestación, como lo confirma el satélite.
Este enfoque difiere de los mercados de carbono o del “modelo tradicional de subvenciones y donaciones”, donde las donaciones se destinan a proyectos específicos de conservación forestal, dijo Pakhi Das, quien ha estudiado el fondo Plant-for-the-Planet, una iniciativa sin fines de lucro.
“Es rentable tanto para los países con bosques tropicales que reciben estos fondos… como para los inversores que pagarán por la conservación”, afirmó.



