SHANGHÁI/PEKÍN (Reuters) – China ha enviado una señal clara de que está lista para poner fin a los subsidios a su industria de vehículos eléctricos después de que años de fuerte apoyo gubernamental alimentaron un auge que ha dejado a la segunda economía más grande del mundo luchando contra un enorme exceso de oferta, lo que la llevó a precipitarse hacia los mercados automotrices globales.
Los principales responsables políticos omitieron los vehículos eléctricos de su lista de industrias estratégicas en su reciente plan quinquenal de desarrollo para 2026-2030, la primera exclusión de la industria en más de una década.
Los analistas dicen que la medida demuestra que Beijing considera que la industria está madura y ya no necesita el mismo nivel de apoyo financiero, dejando su desarrollo a las fuerzas del mercado.
Pero dicen que la omisión no debe tomarse como una señal de que la industria de los vehículos eléctricos ha caído en desgracia, incluso cuando se ha convertido en un ejemplo de competencia excesiva que incluso el presidente Xi Jinping ha criticado. Más bien, refleja una decisión estratégica de asignar recursos a otras tecnologías en las que China busca fortalecer sus capacidades, particularmente a la luz de las tensiones comerciales y de seguridad globales.
EL MERCADO NECESITARÁ DESEMPEÑAR UN PAPEL MÁS GRANDE
“Este es un reconocimiento oficial de que los vehículos eléctricos ya no necesitan políticas prioritarias. Los subsidios para los vehículos eléctricos desaparecerán”, dijo Dan Wang, director para China de la consultora Eurasia Group.
“China ya domina las tecnologías y baterías relacionadas con los vehículos eléctricos, por lo que no tiene sentido darle prioridad. Esto no significa que el gobierno exigirá una reducción de la capacidad, pero el mercado desempeñará un papel más importante a la hora de decidir quién sobrevive”, afirmó.
Los vehículos de nueva energía (NEV), una categoría que incluye vehículos eléctricos, híbridos enchufables y vehículos de pila de combustible, se incluyeron como industrias emergentes estratégicas en los tres planes quinquenales anteriores, lo que llevó a las autoridades chinas a invertir miles de millones de dólares para alentar a los fabricantes de automóviles a producir vehículos eléctricos y a los consumidores a comprarlos.
Este apoyo dio origen a una cadena de suministro que China ahora controla con campeones de vehículos eléctricos como BYD. Esto también convirtió a China en el mercado de vehículos de nueva energía más grande del mundo: en julio de 2024, los vehículos de nueva energía representaban más del 50% de las ventas totales de automóviles de China, más de 10 años antes del objetivo inicialmente establecido por las autoridades.
Pero ese rápido crecimiento y apoyo también han llevado a que China tenga marcas nacionales que fabriquen más automóviles de los que puede absorber, mientras la industria se esfuerza por cumplir objetivos de producción influenciados por la política gubernamental, en lugar de la demanda de los consumidores, informó Reuters.
Según la firma de investigación Jato Dynamics, 93 de los 169 fabricantes de automóviles que operan en China tienen cuotas de mercado inferiores al 0,1%.



