El estado ruinoso de las carreteras y ferrocarriles de Alemania frena cada vez más la economía, según un estudio publicado el jueves por el Instituto Económico Alemán (IW).
De alrededor de 1.100 empresas encuestadas, alrededor del 84% dijo que sus operaciones se vieron obstaculizadas por deficiencias de infraestructura, frente al 67% en 2018 y el 59% en 2013.
“La infraestructura de transporte se ha convertido en un obstáculo para la economía alemana”, afirma el experto de IW Thomas Puls.
El número de empresas que dicen verse obstaculizadas por problemas de transporte es casi cinco puntos porcentuales mayor que en 2022, cuando la economía todavía estaba lidiando con las consecuencias de la pandemia de coronavirus y la invasión rusa de Ucrania.
El deterioro es evidente en todos los tamaños de empresas, pero las pequeñas empresas en particular están pasando apuros cada vez más. Según IW, la carga para este grupo aumentó aproximadamente siete puntos porcentuales durante el mismo período.
Las empresas suelen citar el mal estado de las carreteras como un problema, y el 92% lo cita como una barrera para sus negocios.
El transporte ferroviario es otra fuente de frustración, calificado por el 71% de los encuestados como un problema, y más de la mitad informó restricciones significativas (un aumento ocho veces desde 2013).
Alrededor de un tercio de las empresas informaron problemas en el transporte aéreo y marítimo.
Puls señaló que el fondo especial de inversión aprobado por el gobierno federal por un total de 500 mil millones de euros (580 mil millones de dólares) podría ayudar.
Se espera que hasta 2026 se inviertan alrededor de 19 mil millones de euros en el transporte ferroviario. Sin embargo, al mismo tiempo se recortarán casi 14 mil millones de euros del presupuesto básico.
“Estos miles de millones no deberían utilizarse para tapar los agujeros de los fondos de seguridad social”, afirmó el experto. “El dinero también debe ir a donde se necesita. De lo contrario, perderemos el tren”.



