El jefe climático de la ONU, Simon Stiell, está pidiendo una acción más rápida sobre el cambio climático un mes antes de la próxima Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, también conocida como COP30.
Al publicar el informe sobre la adaptación al cambio climático, el político granadino dijo que había buenas y malas noticias.
La buena noticia, dijo, es que ahora la dirección es la correcta, ya que casi todos los países luchan por adaptarse a las consecuencias del aumento de las temperaturas. “Este nuevo informe muestra que se están logrando avances reales”, afirmó Stiell.
Sin embargo, la mala noticia es que todo avanza demasiado lento. “Por lo tanto, este informe podría subtitularse fácilmente: ‘¡No más excusas, inversores!'”, afirmó Stiell, que dirige la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con sede en la ciudad alemana de Bonn.
La próxima conferencia sobre el clima será una “prueba clave”
Los países más pobres, explicó, tienen dificultades para reunir los recursos financieros necesarios para los correspondientes esfuerzos climáticos.
Para explotar el dinero que ponen a disposición principalmente los países más ricos, a menudo son necesarios procedimientos de solicitud engorrosos. Los países más pobres también suelen carecer de experiencia.
Sin embargo, la financiación climática no es un acto de caridad por parte de las principales naciones económicas, sino una necesidad absoluta en sus propios intereses; sólo así se podrán mantener las cadenas de suministro globales, por ejemplo, a largo plazo.
“Cada año, los impactos del cambio climático se vuelven más intensos y más desiguales”, dijo Stiell. Adaptarse al calentamiento global significa protegerse contra inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas.
Esto equivale a proteger la economía, que se ve gravemente afectada por este tipo de desastres naturales, afirmó Stiell.
Preparándose para temperaturas cada vez más altas y condiciones climáticas extremas
La COP30 está prevista del 10 al 21 de noviembre en Belém, en la Amazonia brasileña. El tema de la adaptación jugará un papel importante en esto, afirmó Stiell.
“En cuestiones de adaptación, pero también en términos más generales, la COP30 será una prueba clave de la solidaridad global”, dijo Stiell.
Alemania es un ejemplo de cómo los países enfrentan desafíos: en 2023, la cámara baja del parlamento, el Bundestag, adoptó una ley para una mejor adaptación al clima. El objetivo era preparar a Alemania para temperaturas cada vez más altas y sus consecuencias y tomar precauciones contra los riesgos.
En concreto, se trata de crear más espacios verdes y diseñar ciudades que absorban agua durante las fuertes lluvias y la almacenen durante las sequías. La población también debe estar mejor informada sobre los fenómenos meteorológicos extremos.



