El 28 de septiembre de 2025, China inauguró el puente del Gran Cañón de Huajiang en la provincia de Guizhou, reclamando el título del puente más alto del mundo. Su puente se eleva unos 2.050 pies sobre el río Beipan, el doble de la altura de la Torre Eiffel y muy por encima del récord anterior, el Puente Duge, de 1.854 pies. Con una extensión de poco menos de 1,8 millas y un tramo principal de 4659 pies, también reclama el título del puente de mayor tramo construido en una región montañosa.
Más allá de su vertiginosa altura, llamó la atención la escala del puente y su rápida construcción. Construido en poco menos de cuatro años, el proyecto implementó prefabricación avanzada, drones, redes de sensores y monitoreo estructural en tiempo real para garantizar la seguridad. Como prueba final, los ingenieros condujeron 96 camiones sobre secciones de alta tensión durante varios días, simulando el tráfico real y midiendo la deflexión y la vibración.
China no es ajena a increíbles hazañas de ingeniería. Tomemos como ejemplo su icónica Gran Muralla, Puente flotante de ShiziguanO el emocionante puente de cristal de Zhangjiajie. La estructura de Huajiang indica que China continúa ampliando los límites de la ingeniería civil. Sin embargo, el puente es más que un récord; es un catalizador para un cambio radical en una región que durante mucho tiempo se vio obstaculizada por el terreno.
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El puente Huajiang reduce el tiempo de viaje a minutos
Una feliz mujer alternativa camina por el campo chino – Tony Anderson/Getty Images
Antes de que se construyera el puente, los viajeros que cruzaban esta parte de Guizhou se enfrentaban a un agotador viaje de dos horas. Ahora el trayecto se reduce a unos dos minutos por la nueva autopista. Este cambio representa más que un ahorro de tiempo: es una poderosa palanca económica.
Guizhou, históricamente una de las provincias más pobres y montañosas de China, ha sufrido durante mucho tiempo un aislamiento geográfico. Afortunadamente, el puente conecta el distrito especial de Liuzhi y el condado de Anlong a través de la autopista S57 Liuzhi-Anlong. Esto acelera el transporte de mercancías, estimula el comercio y hace que el acceso a los mercados y servicios sea más accesible para los aldeanos. Los funcionarios locales y provinciales esperan un aumento significativo del empleo y la inversión regionales en los próximos años.
El puente también se integra en planes turísticos y recreativos. Se desplegarán pasarelas junto a los acantilados, una cafetería aérea, plataformas de observación e incluso una plataforma de puenting a gran altitud para atraer a los visitantes. Los planificadores lo visualizan como un destino en sí mismo: en parte infraestructura, en parte atracción.
Ingeniería, ambición y la narrativa más amplia
Un puente peatonal en el Gran Cañón de Huajiang – Bill Wei/Shutterstock
Incluso en China, donde los grandes puentes son comunes, Huajiang destaca por su combinación de altura, luz, velocidad de construcción y ambición. Su construcción empleó más de 21 innovaciones patentadas, un sistema de elevación de cable inteligente, alambre de acero de alta resistencia de 2.000 MPa y redes de sensores integradas para monitorear el desplazamiento del viento, la tensión y las vibraciones en tiempo real. Sin embargo, el simbolismo del puente es quizás su mayor impacto. Cuenta una historia de transformación: en un terreno difícil que alguna vez se consideró inaccesible, China está movilizando sus recursos, diseño y voluntad política para cambiar la geografía.
Para los estadounidenses acostumbrados a las grandes infraestructuras (piensen en la presa Hoover, nuestro sistema interestatal o el Golden Gate), la comparación es instructiva. Huajiang no es sólo un puente: es una declaración de cómo los países modernos ven la conectividad, el control y la ambición. Sin embargo, el proyecto conlleva riesgos. La alteración ambiental en los frágiles ecosistemas montañosos, el riesgo de sobrecostos y el mantenimiento a largo plazo en tales altitudes plantean desafíos reales. Las altas torres, la instrumentación experta y los vanos audaces son tan buenos como su mantenimiento. Pero si funciona (y muchos esperan que así sea), este cruce del cañón podría servir como modelo para otras regiones aisladas del mundo.
En última instancia, el Puente del Gran Cañón de Huajiang es mucho más que un cruce de cañón. Es un triunfo de la ingeniería, un estímulo para el desarrollo regional y un indicador audaz de cómo la infraestructura puede remodelar paisajes y oportunidades. Quizás te interesen otros puentes increíbles alrededor del mundo.
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