Un importante puente conectado a una planta hidroeléctrica en el suroeste de China se derrumbó el martes, con trozos de concreto y acero cayendo al río, pocos meses después de su reapertura. El puente Hongqi, una sección clave de la carretera nacional G317 en la región montañosa de Maerkang en Sichuan, se derrumbó de manera dramática, según revelaron los medios estatales chinos.
Las autoridades confirmaron el desastre pero enfatizaron que, afortunadamente, no hubo muertos ni heridos. La verdad es que ya habían detectado que se avecinaban problemas. En la carretera se habían formado grietas y la pendiente se movía de manera preocupante el día anterior. Hasta el martes por la tarde, la margen derecha seguía inestable, lo que obligó a cortes de tráfico y alertas públicas urgentes.
Los videoclips que inundaron las redes sociales chinas capturaron el aterrador momento: el puente se dobló, luego se combó, antes de desaparecer en el desfiladero en una enorme columna de polvo. El derrumbe se produjo poco después de las 15.00 horas, peligrosamente cerca de la central hidroeléctrica alimentada por la carretera.
Se suponía que esto no iba a suceder. Terminado a principios de este año, se suponía que el puente voladizo de 758 metros sería un triunfo, ya que se elevaba 625 metros sobre el fondo del valle sobre pilares de 172 metros. Construido por el grupo estatal Sichuan Road & Bridge Group, fue promocionado como un símbolo de progreso, que une el salvaje oeste de China con la meseta tibetana.
¿AHORA? El escepticismo se está gestando. ¿Por qué falló tan rápido? Las autoridades no han identificado la causa exacta, pero los rumores sugieren que el terreno inestable pudo haber influido. Nadie cruzaba la frontera cuando cayó –gracias–, pero todo el caos tiene a residentes y expertos exigiendo respuestas. ¿Cómo puede un puente nuevo, destinado a conectar la región, simplemente… desintegrarse? Las investigaciones avanzan, pero ¿confianza? Ya ha caído en picada.



