La presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, pronto prestará juramento para un segundo mandato tras unas elecciones empañadas por protestas violentas y rechazadas por la oposición como una farsa.
La ceremonia de inauguración tendrá lugar en un patio de armas militar de la capital, Dodoma, en un acto cerrado al público pero retransmitido en directo por la emisora estatal TBC.
Samia fue declarada ganadora el sábado con el 98% de los votos. Enfrentó poca oposición, y los principales candidatos rivales fueron encarcelados o se les impidió postularse.
Los observadores internacionales han expresado su preocupación por la transparencia de las elecciones y sus violentas consecuencias, que al parecer dejaron cientos de muertos o heridos.
Las autoridades intentaron restar importancia a la magnitud de la violencia. Ha sido difícil obtener información sobre el país o verificar el número de muertos, en medio del cierre de Internet en todo el país desde el día de las elecciones.
En su discurso de victoria, Samia dijo que la votación fue “libre y democrática” y calificó a los manifestantes de “antipatrióticos”.
Líderes y activistas de la oposición dicen que cientos de personas han muerto en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. El partido opositor Chadema dijo a la agencia de noticias AFP que había registrado “no menos de 800” muertes el sábado, mientras que una fuente diplomática en Tanzania dijo a la BBC que había pruebas creíbles de que al menos 500 personas habían muerto.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo anteriormente que había informes creíbles de al menos 10 muertes en tres ciudades.
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(Getty Images/BBC)
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