Se espera que el presidente francés, Emmanuel Macron, nombre un nuevo primer ministro el viernes, dijeron sus servicios.
En París abundan las especulaciones sobre quién asumirá el puesto.
Los medios franceses han promocionado al líder del Partido Socialista Olivier Faure y al ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve como candidatos potenciales, así como al político centrista Jean-Louis Borloo, quien sirvió en los gobiernos anteriores de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.
A Macron se le acaba el tiempo para tomar una decisión, porque según la Constitución francesa, el gobierno debe presentar al Parlamento un proyecto de presupuesto para 2026 antes del lunes.
De no hacerlo, podría empeorar la agitación política del país y tensar aún más su economía fuertemente endeudada.
El ministro de Finanzas en funciones, Roland Lescure, aseguró que Francia adoptará un presupuesto para 2026 y cumplirá sus compromisos presupuestarios europeos.
“Hay una mayoría de legisladores que quieren estabilidad y están de acuerdo en un punto: Francia necesita un presupuesto para 2026 que cumpla con nuestras obligaciones con nuestros socios europeos, y eso es exactamente lo que sucederá”, dijo durante una reunión en Luxemburgo.
Sébastien Lecornu dimitió el lunes como primer ministro después de menos de un mes en el poder, afirmando que la falta de compromiso entre los diferentes partidos políticos había hecho imposible cualquier gobierno.
Pero Macron luego le encargó hablar con los líderes de los partidos políticos para considerar un posible camino a seguir. En comentarios hechos el miércoles por la noche, Lecornu se mostró optimista de que un nuevo primer ministro lograría avances y aconsejó a Macron que no disolviera el parlamento.
Francia ha estado sumida en un impasse político –y enfrentada a primeros ministros– desde que las elecciones anticipadas convocadas por Macron a mediados de 2024 no dejaron a ninguno de los lados con una mayoría.
La elevada deuda pública del país ha puesto de relieve la necesidad de un acuerdo entre partidos sobre recortes del gasto, pero persisten profundas divisiones.