Mientras Uzbekistán celebra el 120º aniversario de su movimiento sindical, la atención ha pasado de la conmemoración a la consolidación.
Los sindicatos del país, alguna vez considerados instituciones ceremoniales, se están convirtiendo cada vez más en actores activos en la configuración de la política laboral, apoyando la reforma laboral y ayudando a equilibrar la rápida transformación económica del país con la estabilidad social.
En un congreso de la Federación de Sindicatos de Uzbekistán (FTUU), delegados de todo el país se unieron a observadores internacionales para evaluar los avances en el fortalecimiento de los derechos de los trabajadores y el diálogo social.
Delegados de todo el país participaron en el 120 aniversario de los sindicatos de Uzbekistán -Euronoticias
Todos los participantes destacaron que el panorama laboral en Uzbekistán está experimentando una profunda transformación, impulsada por una ola de reformas legales e institucionales en las que los sindicatos han desempeñado un papel activo.
En el centro de este cambio se encuentra la revisión del Código del Trabajo de la República de Uzbekistán, iniciada en 2019 y desarrollada en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y interlocutores sociales como la FTUU.
El nuevo Código del Trabajo introdujo marcos más claros para los contratos de trabajo, la negociación colectiva y la protección de los trabajadores.
Entre sus disposiciones más importantes se encuentran el requisito legal de igualdad salarial entre hombres y mujeres, así como el fortalecimiento de los sistemas de inspección y control del trabajo para fortalecer la capacidad de implementación. El código también se basa en el programa de Trabajo Decente de la OIT, que aboga por condiciones de trabajo seguras, contratos formales y protección social.
Los sindicatos de Uzbekistán han pasado de ser entidades principalmente administrativas a agentes proactivos de reforma.
El FTUU ha ampliado su influencia más allá de los lugares de trabajo tradicionales del sector público para incluir el sector privado, la mano de obra agrícola estacional y el empleo informal. Esta expansión apoyó la formalización de las relaciones laborales entre grupos vulnerables.
Los sindicatos se han involucrado directamente en el seguimiento de las normas de seguridad en sectores como el textil y la construcción, tanto para grandes empleadores como para sectores históricamente de alto riesgo.
También ayudaron a negociar acuerdos sociales sectoriales, contribuyeron a la política de salario mínimo y dieron forma a las reformas de salud ocupacional.
Se logró un resultado concreto en el sector textil privado cerca de Namangan, donde el seguimiento sindical reveló disparidades salariales basadas en el género. Intervenciones y auditorías internas posteriores dieron lugar a ajustes salariales para más de 400 trabajadoras, una aplicación directa del principio de igualdad de remuneración del Código del Trabajo.
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La cooperación estructurada entre el gobierno, los empleadores y los trabajadores se ha convertido en la piedra angular del programa de reforma laboral en Uzbekistán.
El Consejo Nacional de Colaboración Social de la República de Uzbekistán sirve ahora de plataforma para deliberar sobre la política de salario mínimo, formación profesional, seguridad en el trabajo y negociación colectiva.
Según evaluaciones de la OIT, este mecanismo tripartito está ahora más alineado con los convenios internacionales. La FTUU y las organizaciones de empleadores se han fortalecido para poder participar de manera efectiva.
Por ejemplo, en 2023, el diálogo tripartito del Consejo condujo a un aumento del 12% en el salario mínimo en el sector del algodón, a partir del 1 de enero de 2024, beneficiando a aproximadamente 300.000 trabajadores agrícolas, según el Ministerio de Trabajo de Uzbekistán.
Nodira Voytinozarova, jefa de departamento de FTUU -Euronoticias
A nivel regional, el diálogo social continúa desarrollándose. “Nuestros sindicatos están comprometidos a garantizar que se escuchen todas las voces, desde las grandes empresas hasta los pequeños talleres”, afirma Nodira Voytinozarova, jefa de departamento de FTUU. “El diálogo es la única manera de prevenir los conflictos antes de que se agraven y de garantizar un entorno de trabajo sostenible e inclusivo. »
Akiko Gono, Presidenta de la Confederación Sindical Internacional (CSI), felicitó a Uzbekistán por alinear sus políticas laborales nacionales con las normas internacionales.
“Durante la última década, Uzbekistán ha logrado avances notables en la alineación de sus políticas laborales con los principios de la Organización Internacional del Trabajo”, dijo Gono. “Los sindicatos desempeñan un papel esencial en la protección de los derechos, la salud y la dignidad de los trabajadores y sus familias, participando en el diálogo social y contribuyendo al desarrollo sostenible del país.
Los datos recientes subrayan este progreso. El Banco Mundial señala que los salarios y el empleo asalariado están aumentando, mientras que el país ha implementado “reformas audaces” para fortalecer la protección social y crear mejores empleos.
Okhundjon Isaev, Jefe del Departamento para la Protección de los Intereses Socioeconómicos de los Trabajadores del FTUU -Euronoticias
Según Okhundjon Isaev, jefe del Departamento para la Protección de los Intereses Socioeconómicos de los Trabajadores de FTUU: “Durante los últimos cinco años, se han logrado resultados significativos. El diálogo social ha seguido desarrollándose, junto con una cooperación constructiva entre el gobierno, las organizaciones de empleadores y los sindicatos”.
Los sindicatos ahora contribuyen al seguimiento de los contratos de trabajo, apoyan la formalización en la agricultura y la manufactura y desempeñan un papel activo en los mecanismos de inspección y quejas, particularmente en cuestiones de salud y seguridad ocupacional. Su defensa también se extiende a las mujeres, las personas con discapacidad y los trabajadores informales y estacionales.
Para las empresas y los inversores, el cambiante entorno laboral en Uzbekistán representa tanto progreso como oportunidad. Un sistema de derechos laborales más sólido, respaldado por la supervisión sindical, reduce los riesgos de conflicto, daño a la reputación y el incumplimiento.
Una mayor formalización del empleo y mejores mecanismos de inspección también ayudan a las empresas a cumplir con los estándares internacionales de la cadena de suministro, particularmente en sectores exportadores clave como los textiles y la agroindustria.