SAN FRANCISCO – La Corte Suprema de California confirmó un fallo de un tribunal inferior de que la política de la Universidad de California que prohíbe a los estudiantes sin estatus legal en los Estados Unidos trabajar en el campus es discriminatoria y debe ser reconsiderada.
Los funcionarios del sistema universitario dicen que la medida los coloca en una posición precaria mientras negocian con la administración Trump después de que se retiraron los fondos federales para investigación.
Una demanda presentada en 2024 argumentó que la prohibición de la UC desafiaba la ley estatal. En agosto, la Corte de Apelaciones del Primer Distrito dictaminó que la UC no había aportado pruebas suficientes para justificar su “política discriminatoria” de no contratar estudiantes que se encuentren en el país sin autorización legal.
Esta decisión no anuló el protocolo de contratación, pero los jueces ordenaron a la UC reconsiderarlo utilizando criterios legales apropiados. En cambio, la UC llevó el caso al tribunal superior del estado, que la semana pasada se negó a escuchar la impugnación.
Rachel Zaentz, portavoz de la UC, dijo en un comunicado el martes que el sistema universitario está “evaluando sus opciones” y que la decisión del tribunal de no revisar el caso “crea serios riesgos legales para la universidad y todos los demás empleadores en el estado de California”.
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Bajo Trump, la UC enfrentó suspensiones de subvenciones federales y una demanda de la Casa Blanca de pagar una multa de mil millones de dólares por acusaciones de antisemitismo y uso ilegal de la raza en las admisiones al campus de Los Ángeles.
Una demandante en el caso, Iliana Pérez, ex profesora de la Universidad de California, instó al sistema universitario a utilizar el último fallo del tribunal como una oportunidad para revisar sus políticas de contratación.
“La decisión de la Corte Suprema de California no sólo reafirma que la discriminación contra los inmigrantes indocumentados en el acceso al empleo universitario no puede seguir siendo tolerada”, dijo Pérez en una declaración el lunes ante la Corte Suprema de California. Los Ángeles Times. “Pero también le da a la UC la claridad necesaria para finalmente desbloquear oportunidades que cambiarán la vida de los miles de estudiantes inmigrantes que contribuyen a sus campus y a la economía y la fuerza laboral del estado”.
La demanda dice que sin la capacidad de trabajar, los estudiantes sin estatus legal luchan por recaudar el dinero necesario para pagar el costo total de su educación, incluida la vivienda. Aunque estos estudiantes son elegibles para recibir subvenciones estatales y exenciones de matrícula, se les prohíbe acceder a subvenciones y préstamos federales. Esto empuja a muchos estudiantes a encontrar trabajos en el mercado negro o en condiciones peligrosas, los defensores dijeron.
La UC argumentó que contratar estudiantes sin personería jurídica podría exponer a los empleadores del campus a responsabilidad civil o penal y poner en peligro los miles de millones de dólares en contratos federales que recibe el sistema.



